Mañana es el día, mañana se acaban las penas! Casi dos meses mal viviendo con una conexión al contado. Sin poder bajar ni series ni películas, sin poder usar spotify, teniendo prohibido youtube, nada de partidos en vivo por internet... Pero mañana vienen ya los de Telstra y me dan señal!
Se acabó el quedar con gente, el ir a hacer la compra con la mochila como cuando estaba en Italia o Gales, viene al era digital.
Esta semana ha tenido un momento clave, una señora, el sábado por la mañana, se me acerca y me pregunta como llegar a Darling Harbour y voy y respondo porque sé lo que me ha dicho y sé dónde está lo que busca. ¿Qué significa eso?
- Que parezco ser de aquí
- Que entiendo inglés
- Que conozco el barrio
- Que soy buena gente
Evidentemente no es nada que no sepáis pero después de un par de intentos frustrados, ya sea porque vete tú a saber qué carajo dicen o porque no tengo idea ni yo de dónde estoy, ayer por fin, lo conseguí.
Este viernes cambiamos los sitios en la oficina, secretismo absoluto, cajas preparadas a las 17 y todos a la calle. Lo típico en esta cultura es bajar a tomar cervezas al Pub de siempre, así que no fue excepción. Pero la premisa era no excederse porque ayer sábado íbamos a Bondi Beach a ver Art by the Sea. Todo iba bien hasta que llegó Tim, el jefe de la oficina con todos los que les había tocado mover ordenadores. La cosa se complicó gravmente: empezarón a caer cosas gratis en la mesa sin parar: cervezas, comida, chupitos (JägerBomb, que es RedBull + Jägermeister!). Evidentemente y dado que Webber es ahora el gran rival, mi obligación en un sitio australiano fue ventilarme sin rechistar todo lo que estuviese relacionado con esa bebida y simular que la cosa es fácil de digerir.
Total, que el Pub cerró y la mejor idea fue subir a la oficina, a poner música y hablar un rato. De verdad que las oficinas aquí no son como allí, pero se trabaja igual. Como podeis ver en Australia también se sale de trabajar a las 3 el último día de trabajo de la semana.
Ayer el plan fue Bondi y una caminata de 7km hasta Coogee. Muy chulo, ya lo vereis cuando vengáis.
Luego nos trajimos a casa a Peter y Anne-Marina y les hicimos un par de tortillas españolas de chuparse los dedos. Tambien hubo sangría. El caso es que la gente cree que por ser español puedo hacer tortilla, hacer sangría y echarme la siesta tantas veces como quiera y con la mayor calidad existente.
Se fueron contentos, creo, pero bastante cansados por los dos días de sin parar que hemos tenido.
En fin, que están aquí las navidades, los supermercados están decorados exactamente igual que en Europa solo que la gente va en pantalón corto.
Ciao!!
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